viernes, 5 de diciembre de 2008

MUSICA “URBANA” CONTRA LA MORAL PÚBLICA: “…complicidad, sus mensajes y consecuencias”

Por IVAN DIAZ

“…El género reggaetón ha influido de manera negativa dentro de la conducta de los jóvenes, ya que los mensajes allí expuestos, traen consigo violencia, incitan a la actividad sexual prematura y generan cambios hasta de vestimenta, que los conducen a ser aislados de su círculo social…”.


Al iniciar esta breve crítica no tengo la intención de desacreditar a los géneros musicales del regueton y el rap, que de urbanos no tienen nada: ya que estas manifestaciones culturales son consideradas por muchos sociólogos, psicólogos y psiquiatras una maquinaria de difusión de anti-valores y multiplicación de la violencia, que se traduce en actos antisociales por parte de sus múltiples consumidores.

Este “arte musical”, originado en la cuenca del Caribe hace algunos años, constituye la degradación en parte de nuestros géneros latinoamericanos tan armónicos y tan ricos en contenido social. El reggaeton y el rap son ritmos basura que se enfocan fundamentalmente en la difusión de antivalores, destacándose los mensajes directos o subliminales que desvirtúan la esencia del placer sexual. Una cosa es el goce íntimo y respetuoso del sexo entre el hombre y la mujer, y otra es tratar a esta última como una vulgar mercancía, destacando sus atributos físicos por encima de sus virtudes y de su invalorable rol en la construcción de cualquier sociedad. Pero cómo podría valorar el reggaeton la integridad de la mujer, cuando sus intérpretes (irónicamente son mujeres en algunos casos) entonan reiteradamente una serie de frases grotescas que no sólo desvalorizan intelectual y emocionalmente a las féminas, sino que exaltan el machismo, justo cuando han habido importantes progresos en el papel social del mal llamado sexo débil. Amigos lectores, aunque parezca exagerado y ofensivo, les aseguro que el reggaeton es un género que no puede gustarle sino a estúpidos, enfermos sexuales, o individuos con problemas mentales. Más aún, el hombre que escucha y disfruta de esta porquería "musical" no puede amar o querer a una mujer, sino que la menosprecia al considerarla como un producto "digno" de consumir cuando es urgente el desahogo sexual.

Quizá algunos lleguen a fustigar mi opinión sobre el reggaeton y el tratamiento que éste ofrece a la mujer latinoamericana en general, y hasta me consideren un extremista opuesto a las "modas" y gustos de las generaciones de relevo. ¿Pero acaso no ofende el trato vulgar que esta "música" otorga al ser que nos dio la vida y nos vio crecer, y que tanto ha luchado por hacer valer sus derechos en un mundo aún dominado por el machismo? Sencillamente el reggaeton ni siquiera debió haber salido a la luz pública. Sus difusores de hoy, defienden este tipo de música y niegan sus vínculos con la criminalidad al tal punto de calificarla como expresión normal de la juventud de la época.

En la Republica Dominicana, tenemos muchos adolescentes, niños y niñas , que además de escuchar rap y regueton, son fieles seguidores de sus intérpretes. Estos en su búsqueda por la identidad personal, no vacilan en comprar un CD de “lo mas pegao”del genero, aunque el pirateo tolerado es la regla en muchos casos, demostrable por la cantidad de vendedores que circulan por nuestras calles metropolitanas. ¿Pero donde esta el problema? ¿Hacia donde debe estar dirigida la critica?

1. Cómplices sin autores claros

En las calles pasan los famosos “auto-discoteca”, que contienen sofisticadas bocinas de alto nivel y las plantas de amplificación de audio, que basta y sobra para amenizar una verdadera discoteca o todo un vecindario. Estos bienes privados, son estacionados frente a los también famosos centro de expendios de bebidas alcohólicas, popularmente conocidos como “licor store” , que además de atraer muchos consumidores de alcohol y otro tipo de droga, obstaculiza el transito de un modo tal, que esta constituyendo costumbre.

Solo hay que pararse (haga la prueba) frente un local comercial de este tipo para ver los actos que surgen en medio del bullicio y la inmoralidad, que regularmente culmina con riñas sofisticadas con arma de fuego y puñales de marca, aunque no necesariamente registradas.

Las autoridades policiales hacen bien su trabajo supervisando la zona de expendios de bebidas alcohólicas y otras drogas, evitando que los consumidores se alejen del lugar: estos muchas veces conocen sus propietarios, haciéndose grandes amigos de los mismos.

Los hogares que están ubicados detrás, delante y al lado de estos centros de ventas de alcohol, se cansan de denunciar ante los destacamentos la contaminación auditiva que emanan de los automóviles, reunidos en esas fiestas improvisadas en plena calle, sin que las autoridades le pongan la debida atención. Es que después de las 10 de la noche, la calle es tierra de nadie, para las fiestas que allí se dan, donde se ven las acciones mas inmorales, que para los asistentes que allí se dan cita son tolerables y aplaudidas.

La política de prevención de crímenes y delitos por parte de las autoridades del Poder Ejecutivo, deben hacer algo al respecto, pero en la idiosincrasia dominicana se tiene la costumbre de buscar soluciones de acción penal solo para perseguir y sancionar: la historia así lo prueba. ¡Cambiemos el rumbo de este barco, por favor!


2. Letras de Rap: sus múltiples mensajes con algunos ejemplos

Los temas musicales que por ley no deben difundirse son “Que yo fumo yerba” “Bin Bon Blin Garapacho”, “Pinocho” y “La Gorda Budusca” entre muchos otros temas desagradables.

En cuanto al primero sus letras además de inmorales, son repugnantes, evidenciado en las intenciones de sus versos y es mejor no dar ejemplo para no ser multiplicador y por ende cómplice de esta subcultura.

En cuanto al segundo, la vulgaridad escandalosa se hace dueña del clásico cuento para niños, que tiene como personaje principal a un niño que inocente al fin no sabe que es de palo: pero el Pinocho que ilustra la canción de calle, es muy diferente, específicamente con la pornografía de la que es parte.

Por ultimo tenemos el temas musical titulado “La Gorda Budusca”, que además de denigrar a la mujer la trata como un depravado objeto sexual, entre otros elementos que le dan vuelta, como los temas musicales comentados, entre los cuales destacan la motivación al sexo sin control, la motivación al consumo de alcohol y drogas en general y el orgullo de los viciosos y viciosas sin que nadie se meta en esta practica privada, que afecta tanto moral y psicológicamente a nuestra nueva generación.


3.- Consecuencias con causas razonables

Hablar de las consecuencias de este fenómeno social aquí esta demás, porque mientras mas tolerado es por ciertos sectores de la sociedad, menos atención se les pone al futuro nefasto que en lo relativo a la moral social nos espera. O quizás esa sea la moral social que impere gracias a los autores desconocidos de la misma y sus múltiples cómplices.

En el año 2006, la Universidad Católica del Táchira de Venezuela, presentó un Informe sobre la influencia de reguetón, concluyendo que: que el género reggaetón ha influido de manera negativa dentro de la conducta de los jóvenes, ya que los mensajes allí expuestos, traen consigo violencia, incitan a la actividad sexual prematura y generan cambios hasta de vestimenta, que los conducen a ser aislados de su círculo social.

Es que el “Segundo Puerto Rico” lo tenemos aquí, pero con un estilo de expresión diferente: depravación tolerada, que cada vez mas se impone, por encima hasta de las costumbres y de los ritos religiosos y hasta el Estado.

Entonces tanto la sociedad inteligente como el Gobierno deberán buscar una solución concreta para el problema que ha representado la propagación del reggaeton, el rap y sus antivalores, y que se enfoque en lo siguiente: Prohibir o limitar drásticamente la difusión del género en los medios de comunicación, y vigilar la introducción al país de material audiovisual que pueda ser adquirido por particulares.

En el año 2003, se inició la observación de la ley 136-03, sobre el sistema de protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, que en su artículo 12, señala que el Estado y la sociedad tienen la obligación de proteger su integridad personal. ¿Estamos cumpliendo con los principios de esta norma?

Una mezcla de corrupción moral de la época nos arropa sin que la sabana dé para todos o quizás la han cortado ya.

Si seguimos apoyando la sociedad del individualismo vulgar, sin inhibiciones ni control alguno, seguiremos siendo cómplices de la corrupción moral.

Amigo lector, ¡solo las ideas y manifestaciones positivas nos ayudarán a resolver las dificultades y para eso debemos participar todos..!.